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quid pro quo
Entre Tú y Yo
a través de
E.V.A
(La Palabra).

Rosa Matilde Jiménez Cortés
D. R. © 2009 – 2015





6 de diciembre de 2012

"El arte de la reflectancia: Una foto especular"


Rosa Matilde Jiménez Cortés y "El arte de la reflectancia: Una foto especular".
Texto de César Nicolás




Una manzana magnífica __honda, abrupta, desdoblada.
“Dádiva”, imagen de Rosa Matilde Jiménez Cortés. Estudio para proyecto EntreVistArtista (EVA) © 2009-2012
 

Carnal y viva, sensible y ofrecida como se nos muestra en la mano de esa niña, la imagen de Rosa Matilde Jiménez Cortés traza simultáneamente un símbolo. Esboza incluso cierta alegoría, pues estamos ante una fruta que ha sido vista desde la Biblia como símbolo del deseo y la tentación.

Manzana del Deseo. Pero observemos que reduplicada, puesta (especular y reflexivamente) en un juego de perspectivas.

¿He dicho perspectivas? ¿Recordaremos el perspectivismo de un filósofo como Ortega y Gasset, que meditaba precisamente sobre los diferentes puntos de vista que se despliegan al contemplar una manzana, objeto de conocimiento y fenómeno cuya percepción cambia al movernos, según el lugar desde donde lo contemplamos?

La imagen de esa Eva (ahora una niña: ¡insólita tentadora infantil!) gira y se bifurca. Hace una “mise en abyme” que nos invita a reflexionar, verbo que proviene por cierto de “reflejo”, de “reflexión”...



La factura especular de la imagen nos ha provocado de entrada un redoblamiento visual y semántico: se halla llena de espesor. Surgen dos y hasta tres imágenes reflejas en una, si consideramos la superposición de las dos iniciales que en última instancia encabalga la foto.

En efecto: vemos en primer lugar una niña de forma parcial y desde arriba, ofreciendo una apetitosa manzana (observemos su pérfido brillo; se hace una sinécdoque fotográfica de la parte). Niña reflejada a su vez en un espejo (metáfora del agua, imagen de un tranquilo estanque) que se halla en el suelo. Y que nos entrega su rostro (antes invisible) en hondo claroscuro al tiempo que nos ofrece de nuevo la manzana __pero ahora en cambio semioculta, eclipsada por el dorso entenebrecido de la mano: reparemos en el techo, que cobra un inusitado relieve y, al igual que el vestido, contrasta con su luminosidad.

Metáfora del Deseo. Y __al tiempo__ fotografía dentro de la fotografía. O lo que es lo mismo: hay un reflejo en el espejo, una reverberación explícita que de forma implícita modula una autorreflexión. La fotografía nos habla también de sí: establece un diálogo entre identidad y diferencia, “realidad” y ficción, historia y mito, perspectiva y trampantojo, percepción y “realidad”, verdad y ángulo de visión, “significado” y forma...




La foto parece interrogarnos. Y en efecto: ¿qué es lo ilusorio y qué lo “real”? Lo superreal, ¿no se refleja en lo surreal, el abajo en lo de arriba, lo de arriba en lo de abajo?... Secretos de Hermes Trimegisto, paradojas de la Tabla Esmeraldina... Vista desde arriba __como al propio tiempo reflejada, contemplada por nosotros bocarriba (yacentes, enterrados, sumergidos: puestos en el fondo simbólico de ese estanque y espejo o, como diría Borges, “agua rectangular”) esa Eva infantil nos sitúa a su vez en el lenguaje interno de la fotografía y en dos enfoques fotográficos en principio antagónicos (el picado y el contrapicado) que unidos al espacio modulan a su vez una serie de imaginarios culturales y simbólicos.

(¿Recordaremos al respecto los arquetipos del inconsciente colectivo de Jung, las estructuras antropológicas de lo imaginario de Durand, la poética del espacio de un magnífico Bachelard? La psicocrítica y la crítica temática nos lanzan desde luego sus cables...)

Dialogan y espejean dos puntos de vista __y, con ellos, una serie de planos y de mundos distintos, de temas, símbolos y espacios. El consciente y el subconsciente, lo de “arriba” y lo de “abajo”... Lo elevado (el plano superior) y lo enterrado, eso que se halla sumergido u oculto; la visión “desde arriba” y “desde abajo”... Modulaciones de lo visible y lo invisible, lo mostrado y lo oculto, lo telúrico y lo celeste... Opuestos que se unen y resuelven en una incesante paradoja.

Un Deseo que nos despertaría y nos haría volver (como un adulto o una adulta en busca de sí misma, de su propia infancia, de su hija, del tiempo perdido...). Un Deseo que nos haría incluso resucitar (bajar de “arriba”, como los ángeles, o salir de “abajo”: de eso indecible y prohibido: del fondo mismo del agua y de la tumba), llamados desde luego y hechizados por Ella (que no es en última instancia sino la Vida, niña que nos inicia, que nos seduce de nuevo una y otra vez...)

Imagen tan densa como intensa, poderosamente alegórica y surreal. Imagen iniciática y polisémica: tan erótica como reflexiva, tan especulativa como sensorial (y damos de nuevo en el conocimiento, lo especulativo, que deriva a su vez de ese espejo o “speculum”). ¿Prohibición, tabú __y más con una niña: entrevemos al Humbert Humbert de “Lolita”__, nuevo Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal?

“Dádiva”: ofrenda generosa, cosa dada graciosa y desinteresadamente... La fotografía tiene un título que remite a la gracia y la generosidad. Reparemos en que (desdoblada, dialógica) contiene lo mítico, lo sagrado, lo puro (el candor, la inocencia, el desprendimiento), al tiempo que girando sobre sí (y dependiendo por tanto del punto de vista y en última instancia del espectador) puede volverse blasfema y subversiva, perturbadora y paródica, mostrándonos su “otro lado”(como la imagen misma del espejo) y con él su significado inverso. Unida al Deseo ¿no entraña también lo obsceno y lo paidófilo? Hace todo un contrafacta __lo transgresor y desmitificador dialogan aquí con lo mítico, lo puro y lo divino.

Hay cierta asimilación y reflectancia __pero nueva, descentrada, expresiva, y ahora en el arte de la foto__ de mundos plasmados a su vez por Dalí, con la multifocalización y simultaneidad del cubismo.




Imágenes y vídeos de Rosa Matilde Jiménez Cortés. Hay en ellos una verticalidad __tienen hondura, calado: trascendencia.

“The Marriage of Heaven and Hell”: rebasando los contrarios, en la foto que consideramos late un “Más allá del Bien y del Mal” de inspiración diríase nietzschana. Al tiempo __y con el espejo__ reverbera un profuso metalenguaje: se hace un énfasis en el enfoque (pero también en la textura); en lo ilusorio y ambiguo de toda clase de significado, de toda clase de representación o de apariencia (representación que vemos unida a los problemas del tiempo y el espacio).

En tal sentido, mejor o peor resuelta, se impone ante todo la forma. Forma que obtura, que deja caer incluso el significado, cualquiera que éste sea. Apreciamos hasta los relieves y el “grano” de la fotografía (como diría Barthes): ese blanco tan táctil del techo, del vestido, en una cuasi sinestesia...

Reminiscencia y Deseo, Epifanía y Memoria: fogonazos. Desde el significante mismo brotan y se expanden una serie de intensidades y resonancias que remiten en última instancia a lo poético y estético, a lo acusadamente artístico, al puro plano de la expresión...


[Para contemplar más obra de esta artista mexicana puede en principio acudirse a “Rosa Niña Guerrera”, seudónimo suyo en feisbuc. Recomiendo particularmente sus vídeos]




CÉSAR NICOLÁS, Doctor en Filología Hispánica, y Profesor de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres.